Fe como el Café

- AUDAZ & FUERTE -

Romanos 12:1-2

Así que, hermanos, yo les ruego, por las misericordias de Dios, que se presenten ustedes mismos como un sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. ¡Así es como se debe adorar a Dios! Y no adopten las costumbres de este mundo, sino transfórmense por medio de la renovación de su mente, para que comprueben cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, agradable y perfecto.

¿Por qué Fe como el Café?

Dios llama a los cristianos a ser diferentes del resto del mundo. A través de una relación y fe en Él, estamos llamados a renovar nuestra mente y a ser transformados. Sin embargo, la vida suele ser difícil y las presiones del mundo son como una olla de agua ardiente. El mundo puede ser un lugar cruel, estresante y difícil. Nos encontramos en entornos y condiciones que ponen a prueba quiénes somos realmente. Si lo permitimos, el mundo (la olla de agua hirviente) nos cambiará, pero no si somos como el café.

El café no se transforma con el agua; el agua es completamente transformada por el café. El agua ahora se ve, huele y sabe diferente. Ha sido completamente transformada y nunca puede ser como antes.

En el mundo estuvimos una vez, pero en Cristo hemos sido transformados.

Nuestra fe debe ser como el café: audaz y fuerte. Una fe que no se debilita o que se conforma al mundo, sino una que transforma el mundo como el café transforma el agua. 

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